Un dia en el gym

La previa del gym es lo peor que hay en el día. Si no se tiene voluntad propia, cuesta el doble conseguir coraje para ir. Primero pienso "para que voy si el que se quiere casar conmigo me tiene que amar en las buenas y en las malas", después estomáticamente me miro en el espejo y grito "¡¡estoy redonda!!".
¿Por que tanto miedo a ser gorda? Al rechazo? Los que tienen unos kilitos de mas son mas felices que los que no, comen tranquilamente sin mirar cuantas calorías ingieren. Tampoco tienen arrugas.
Luego de la batalla interna, finalmente decidí ir por mi, por mi salud ya que no había hecho nada en el fin de semana. Bah... hice, comí helado y tome alcohol, nada sano, lo se. Llego y me me pongo a hacer parte de la rutina. Veo un hombre que era armonioso haciendo actividad física. Era alto, flaco, fibroso, no inflado, la medida justa. Me doy cuenta que si cambiaba de maquina, no lo iba a ver porque a donde tenia que ir no llegaba la vista, además no veo de lejos. Entonces decidí hacer mas series de brazos para seguirlo viendo.
Ahí me di cuenta que las mujeres (o por lo menos yo) vamos al gimnasio a ver hombres bien formados solo para recrear la vista.
Supongo que yo también voy porque tengo la fantasía de que también le recrearé la vista a alguien, a pesar de que no haya chances.
F.

1 comentarios:

Martín dijo...

Mmm, en serio? esa es la medida justa? altos/flaco/fibrosos? No es una mala noticia che. Obviamente, los hombres vamos mucho por el motivo que mencionas no? beso!

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